Lara Rodríguez Sanchez,
_PARA SIEMPRE.
Era un día de primavera, yo paseaba por un parque. Un anciano me llamó la atención. Llevaba un esmoquín como si fuera a una gran fiesta, el pelo engominado, una enorme y hermosa flor como broche y unos bombones y una nota que solamente ponía: Te quiero. Nunca supe a quien iba destinado, pero un día volví al parque y el anciano ya no estaba, solo quedaba de el la nota.
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