sábado, 17 de mayo de 2008

PARA SIEMPRE.

Un día me dijiste adiós, y te vi marchar en silencio
me pareció oír que me hablabas desde lejos.
Entonces te ví partir y tuve mucho miedo,
desde aquel mes de abril, supe que ya no te volvería a ver el pelo.
Los meses pasaron y llegó otra vez enero,
las hojas caían, empezaba el invierno.
Aquel día comencé como cualquier otro momento,
entonces mi abrigo lo tiré y llegó hasta el perchero.
A la chimenea me senté y pude notar el fuego,
aquel maldito mes acabé con mis deseos.
No podía leer, seguían lejos mis pensamientos,
en algún lugar en que dejé morir todos mis recuerdos.
Y tú seguías ahí, siempre con el rostro sereno
aquel día te perdí,aquel fatídico mes de abril.
Y ya no volví a sentir,lo que un día sentí por tí,
aquel mes de abril moriste para mí.

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